navidad2

Estimado caballero:

Espero que este atrevimiento por mi parte, de dirigirme a usted a estas horas de la noche, no sea considerado como una falta de respeto, sino como necesidad para cubrir estas largas horas.

Verá, hay una pregunta que quiero hacerle desde hace mucho tiempo, y si le digo la verdad, no sé cómo hoy he tenido el valor de hacerlo. Pero es que todos tenemos un límite, y el mío lo estoy empezando a traspasar.

Yo me pregunto o, mejor dicho, le pregunto, cómo es posible que usted me ignore de una manera tan descarada, que cuando llega la hora de encontrarnos pase por mí como si no existiese, como si no hubiese nadie en este portal esperándole… ¿Qué pasa? ¿Tan insignificante soy para usted?

Pues tengo que pedirle que se detenga un momento al pasar por mi portal y mire hacia dentro. Allí estaré yo, esperando a que me envuelva en uno de sus abrazos, que con tanta suerte reciben otros. Sé que es un atrevimiento por mi parte, pero tengo que decirle que lo necesito, que añoro aquellos años que pasamos juntos las noches y que hacían que mis días fueran un poco más fáciles cuando salía el sol. Así que no se lo pido, se lo ruego: vuelva conmigo porque lo echo mucho de menos, mi querido Morfeo.

S.A.B


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